Debemos comprender la tremenda influencia que tiene en el subconciente de los hijos el tipo de educación que les brindemos, entiéndose por educación no solo la formación en los bancos de la escuela, sino también toda la transmisión que recibe de conocimientos a través de sus experiencias en la vida, desde el hogar, la calle, la escuela.
"Educación: Formación destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen."
Sin duda la educación comienza en el hogar. El niño aprende más con el ejemplo que con las palabras vacías de padres que tiene una vida desequilibrada y sin fundamentos.
El niño presencia en los hogares modernos, el adulterio de sus padres, es testigo presencial de la ira, de la codicia y de la lujuria de aquellos que le dieron la vida, ve con asombro el revólver o la escopeta de su padre y la crueldad en los medios de comunicación o los cuentos de asesinos y ladrones.
El niño va al cine donde se goza con pornografía, balazos, detectives y bandidos salteadores de caminos y de bancos. Cuando llega la noche de Navidad o las fiestas de Reyes Magos. El niño recibe de regalo cañones, revólveres y pistolas de juguete para que juegue a bandidos, o a salteador de caminos.
Todo eso va quedando almacenado irremediablemente en el subconsciente del niño y esto se convertirá muchas veces en el resorte secreto de sus acciones en la vida.
Sus mismos padres lo van envenenando poco a poco con el veneno fatal que dejan esas desagradables y degeneradas experiencias.
Pasa el tiempo, el niño crece y las ideas del crimen depositadas en el subconsciente, se desarrollan, evolucionan y progresan, aunque en su vida diaria ignore todo lo que pasa en las profundas regiones del subconsciente.
Un día cualquiera el fruto está maduro, y la cosecha es el delito y una vida plagada de errores y sinsabores. Todo lo acumulado en su subconsciente aflora en la mente a través del tiempo. La reacción situacionaria de un homicida que jamás quiso matar, es el resultado fatal de todo aquello que aprendió cuando era niño.
El nuevo Pandillero, el salteador, el ladrón nuevo que antes era un honrado ciudadano, son el resultado de una falsa educación.
Las novelas pornográficas y las películas eróticas engendran prostitución, seducción y raptos con fuerza y violencia, etc., etc.
Los artistas de cine, y los escritores pornográficos, están envenenando el subconsciente de niños y adultos.
Ha llegado la hora de luchar contra la corrupción moral de los medios de comunicación; las prostitutas de la inteligencia.
En la escuela el niño aprende historias sangrientas que se graban en el subconsciente, astucia, malicia, desconfianza, etc. Todo eso se graba en el subconsciente. Y el resultado fatal es el delito.
