Lo exterior y lo interior de nuestra vida
Cuando contamos a otros por
lo que hemos pasado en nuestra vida, en
realidad de verdad, dichos relatos están incompletos porque eventos, nombres y
fechas, es tan sólo el aspecto externo de la película de nuestra vida, falta el
aspecto interno...
Es urgente conocer "estados de conciencia", a cada
evento sucedido le corresponde tal o cual estado anímico.
Los estados son interiores y los eventos son exteriores, los
acontecimientos externos no son todo...
Entiéndase por estados interiores las buenas o malas
disposiciones, las preocupaciones, la depresión, la superstición, el temor, la
sospecha, la misericordia, la auto-consideración, la sobre-estimación de si
mismo; estados de sentirse feliz, estados de gozo, etc., etc., etc.
Incuestionablemente los estados interiores pueden corresponderse
exactamente con los acontecimientos exteriores o ser originados por éstos, o no
tener relación alguna con los mismos...
Combinar estados interiores con acontecimientos exteriores en
forma correcta, es saber vivir inteligentemente...
Cualquier evento inteligentemente vivenciado exige su
correspondiente estado específico...
Empero, desafortunadamente las gentes cuando revisan su vida,
piensan que ésta en si misma está constituida exclusivamente por eventos
exteriores.
¡Pobres gentes! piensan que si tal o cual acontecimiento no les
hubiese sucedido, su vida habría sido mejor...
Suponen que la suerte les salió al encuentro y que perdieron la
oportunidad de ser felices...
Lamentan lo perdido, lloran lo que despreciaron, gimen recordando
los viejos tropiezos y calamidades...
No quieren darse cuenta las gentes que vegetar no es vivir y que
la capacidad para existir concientemente depende exclusivamente de la calidad
de los estados interiores del alma...
No importa ciertamente cuan hermosos sean los acontecimientos
externos de la vida, si no nos encontramos en tales momentos en el estado
interior apropiado, los mejores eventos pueden parecernos monótonos, cansones o
simplemente aburridores...
Alguien aguarda con ansiedad la fiesta de bodas, es un
acontecimiento, más podría suceder que se estuviese tan preocupado en el
momento preciso del evento, que realmente no gustase en ello ningún deleite y
que todo aquello se tornase tan árido y frío como un protocolo...
La experiencia nos ha enseñado que no todas las personas que
asisten a un banquete o a un baile, gozan de verdad...
Nunca falta un aburrido en el mejor de los festejos y las piezas
más deliciosas alegran a unos y hacen llorar a otros...
Muy raras son las personas que saben combinar conscientemente el
evento externo con el estado interno apropiado...
Es lamentable que las gentes no sepan vivir conscientemente:
lloran cuando deben reír y ríen cuando deben llorar...
Control es diferente: El sabio puede estar alegre más nunca jamás
lleno de loco frenesí; triste pero nunca desesperado y abatido... sereno en
medio de la violencia; abstemio en la orgía; casto entre la lujuria, etc...
Las personas melancólicas y pesimistas piensan de la vida lo peor
y francamente no desean vivir...
Todos los días vemos gentes que no solamente son infelices, sino
que además - y lo que es peor - , hacen también amarga la vida de los demás...
Gentes así no cambiarían ni viviendo diariamente de fiesta en
fiesta; la enfermedad psicológica la llevan en su interior... tales personas
poseen estados íntimos definitivamente perversos...
Sin embargo esos sujetos se auto-califican como justos, santos,
virtuosos, nobles, serviciales, mártires, etc., etc...
Son gentes que se auto-consideran demasiado; personas que se
quieren mucho a si mismas...
Individuos que se apiadan mucho de si mismos y que siempre buscan
escapatorias para eludir sus propias responsabilidades...
Personas así están acostumbradas a las emociones inferiores y es
ostensible que por tal motivo crean diariamente elementos psíquicos
infrahumanos.
Los eventos desgraciados, reveses de fortuna, miseria, deudas,
problemas ,etc., son exclusividad de aquellas personas que no saben vivir...
Cualquiera puede formarse una rica cultura intelectual, más son
muy pocas las personas que han aprendido a vivir rectamente...
Cuando uno quiere separar los eventos exteriores de los estados
interiores de la conciencia, demuestra concretamente su incapacidad para
existir dignamente.
Quienes aprenden a combinar conscientemente eventos exteriores y
estados interiores, marchan por el camino del éxito...
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